Más de 90 años lleva la prestigiosa panadería Trillos brindando en Santander pan de primera calidad. Su dueño Eduardo Cobos ha enfrentado grandes retos para mantenerse en el número uno. Revista Éxito y Poder logró hablar con este importante empresario e indagar un poco acerca de su trayectoria al frente de la panadería Trillos.
¿Cómo nace la panadería Trillos?
Inició en 1922, mi bisabuelo Pablo Antonio Trillos, abuelo de mi papá por parte de mi mamá, tenía molinos de trigo en Suratá, entonces de los molinos de trigo salió la idea de la panadería, se vinieron a montarla acá en ese año, cuando eso no había transportes entonces tocaba a lomo de mula traer todos los hornos y las partes de los hornos para montarlas acá, todavía tenemos hornos de esa época funcionando, ciertos y determinadas clases de panes artesanales se hacen en esos hornos. De ahí el abuelo Pablo murió y quedó mi papá a cargo de todos los negocios, eso fue en el año 1970, de ahí ha venido mi padre todo el tiempo manejando la panadería ya desde 1988 entré yo a tratar de manejar el negocio y a darle diversificación a las cosas.
¿Cuándo comenzó a trabajar en el negocio?
A mí me gustaba el negocio yo venía los fines de semana con mi papá a mirar como trabajaba y el me fue metiendo en el negocio en el año 1988, empecé a trabajar a la una de la mañana aprendiendo los mojes de pan con los horneros y los panaderos, y de siete a doce en las oficinas aprendiendo la parte de contabilidad y cómo se manejaba el negocio. En el año 1992 empezamos a diversificar y montamos las flautas y la frutería y empezamos a ampliar el negocio, ya en este momento tenemos ocho puntos de venta de nosotros y estamos llegando a mil trecientas tiendas con diez camiones.
¿Qué momentos difíciles ha tenido?  
Nosotros tuvimos momentos difíciles en el año 1988 y 1989 cuando empecé yo a trabajar, nosotros teníamos acá un sindicato, en esa época los sindicatos no eran como en esta época que ayudan a construir empresa sino era un poquito más complicada la cuestión, entonces trataron de acabarnos la empresa, hubo gente que se retiró, mientras que hay gente que está todavía, llevan treinta o cuarenta años trabajado con nosotros. Fue una época difícil una época de violencia, una época donde la guerrilla nos tenía bastante acosados, nos estaban exigiendo dinero, nos ayudó muchísimo el ejército y la policía con eso y logramos salir adelante, esa fue una época bastante complicada.
¿Qué momentos han sido los más gratificantes?
A mí la parte “farándula” no me ha llamado nunca la atención, pero es muy gratificante para nosotros que en Diciembre que es la época más dura y más complicada nos llegue gente de todas partes del país y de todas partes del mundo a buscarnos para comprar los productos y para llevárselos por la calidad que tenemos, eso para mí es muy gratificante.
Dentro de su planeación estratégica ¿Cómo ve la panadería Trillos en un futuro?
Yo la veo exportando estamos haciendo ya los primeros pinitos para la exportación estamos mirando los empaques para la exportación, no es fácil porque el producto de nosotros es totalmente natural lleva probióticos y prebióticos que hace que no se alimente el hongo, pero no lleva absolutamente ningún químico lo que hace que nosotros hayamos subido un poquito más en el mercado, entonces eso ha costado un poquito de trabajo para la exportación.
¿Cómo ha hecho para que en Bucaramanga todo el mundo conozca la marca Trillos después de 93 años?
Constancia, nosotros trabajamos 365 días al año, trabajamos fines de semana y proveemos a la gente todo el tiempo. Toda la vida hemos trabajado el veinticinco de diciembre y primero de enero, y les hemos dado a las personas el pan de primera calidad para su desayuno, eso mantiene la gente unida y nos mantiene posesionados en el primer puesto.
¿Han pensado en franquicias?
Franquicia como tal no he dado con un costo porque me parece a mi que se adapta más a otras cosas alimenticias y no a esto, pero nosotros tenemos ventas en Bogotá, Cali, Medellín, San Gil, despachamos para Barranca y para muchísimas partes del país, nos toca con trasportes especiales porque son diferentes climas y el comportamiento del pan es distinto pero si estamos llegando a muchísimas partes.
¿Cómo es un día de Eduardo Cobos?
Un día de Eduardo Cobos empieza a las cinco de la mañana con un poco de ejercicio, estoy llegando aquí tipo seis de la mañana y empezamos a mirar en una bandeja todo el pan, toda la producción de cada uno de los lotes y nosotros miramos que salga perfecto, si hay algún lote que tenga algún inconveniente se saca y se convierte en miga de pan o se mira a ver si se le vende a los empleados a muy bajo precio, es muy poquito el que sale así porque la verdad que tenemos una excelente calidad, no ha habido problema por eso. Tipo diez de la mañana empezamos a trabajar en un laboratorio, empezamos a sacar productos nuevos, la idea es sacar cada semana dos productos, estos productos quedan entre mes y medio y dos meses y se empieza a dar de baja los que no tiene demasiada rotación. Después de eso, al medio día almorzamos, y a las tres de la tarde subimos a darle vuelta a todos los puntos de venta, a mirar que estén bien surtidos, que tengan la calidad que deben tener, y terminamos a las diez y media de la noche, cerramos puntos y ya es descanso. Así es todos los días.
¿Qué consejos a nivel personal le puede dar a las personas?
Yo arranqué mi negocio pensando en la necesidad de la gente, qué necesidad tenía cada barrio, por ejemplo el Norte y hay determinados barrios que el pan de nosotros no es muy accesible entonces fabricamos una línea que se llama Súper Pan con la misma calidad de Trillos, pero un pan un poquito más económico para poder llegar a esos barrios, después de mirar la necesidad se mira qué flujo de gente hay, después arrancamos a montar el piloto, un consejo para la gente sería la constancia y la disciplina